La casa estudio de Luis Barragán. El resultado de su trabajo refleja la creación de una arquitectura intimista y doméstica.

20.08.2019

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Luis Barragán

Uno de los arquitectos más reconocidos y consentidos dentro de la escena mexicana es Luis Barragán. Claro que su mito no se construyó de la noche a la mañana, pero la fama que le precede no puede ser puesta en duda.

Se considera que su estilo arquitectónico ha sido clave para entender el desarrollo de la disciplina en nuestro país. A pesar de que también estuvo influenciado por por el 'estilo internacional', su trabajo rescata muchos elementos culturales de México.

Desde las figuras, formas, espacios y colores que forman parte de la identidad nacional, hasta ideas o conceptos arraigados en la sociedad. Además, cada uno de sus proyectos ofrece diversas experiencias.

Entre sus obras más destacadas se encuentran: el diseño urbano de la colonia Pedregal de San Ángel; las Torres de Satélite (junto con Mathias Goeritz); la Cuadra San Cristóbal y la Casa Egerstrom; la fuente de los Amantes; y el fraccionamiento de las Arboledas.

Es claro que esta pequeña introducción y el listado de sus construcciones no le hacen justicia a su legado. Sin embargo, son útiles para hablar sobre uno de los proyectos más emblemáticos y enigmáticos que tiene este arquitecto, mismo al que hemos nombrado Residencial Barragán.

En 1950 el gobierno mexicano comenzó a implementar un plan económico conocido como Desarrollo estabilizador, mismo que duró hasta 1970. En éste sobresale la creación de un proyecto urbano que serviría para comenzar la modernización del país.

Cabe destacar que el programa era compartido por ciertos sectores gubernamentales, así como por artistas de la época, entre ellos Luis Barragán, Mathias Goeritz y Mario Pani. Aunque no de manera política, sino desde su propia trinchera, la arquitectura.

Una de las metas que se pretendían alcanzar con el nuevo eje de acción, era comenzar una expansión urbana a las fueras del entonces Distrito Federal (hoy Ciudad de México). La idea consistía en comenzar a construir nuevas ciudades alrededor de la capital.

La primera de ellas se ubicaba en el límite de la zona norte, conocida como Ciudad Satélite, en la cual Barragán contribuiría, junto con Mathias Goeritz, en la construcción de las famosas Torres de Satélite, esculturas que servirían para delimitar los territorios.

A pesar de que la construcción de la nueva urbe aún no estaba completa, el arquitecto mexicano posó su mirada sobre las zonas de Atizapán y Tlalnepantla, terrenos circundantes a la zona, para edificar su propia idea de fraccionamiento.

Fue así como surgió el proyecto Las Arboledas, el cual fue ideado para albergar un "centro residencial y deportivo enfocado a la equitación, con interesantes recorridos y áreas comunes tanto a coches que se entroncan desde la autopista, como a peatones y jinetes".

Años después, comenzó la creación de Residencial Los Clubes, que incluye la construcción de la Casa Egerstrom, la Cuadra San Cristóbal y la fuente de los Amantes. Que se volvieron un referente y símbolo de su obra.

El resultado de su trabajo refleja "el impecable uso del agua, la abstracción geométrica de los distintos planos, y el uso del color", además de la experimentación espacial y la creación de una arquitectura intimista y doméstica.

A pesar de que el desarrollo se concluyó en 1969, el programa maestro no se llevó a cabo al 100%, por diversas razones, dejando sólo como elementos ornamentales o demostrativos a las edificaciones de Barragán.

En la actualidad, las construcciones no cumplen con su función original, pues algunas han sido modificadas, incluso abandonadas al grado de presentar un fuerte deterioro. Por otro lado, sólo la Cuadra San Cristóbal está abierta al público, aunque no en su totalidad.